Elegir colegio es toda una Odisea…
Que se encuentre cerca de casa, que sea bilingüe, que tenga prestigio, que los profesores estén capacitados en el trato con la infancia y que haya calidad educativa y así podría seguir..
Para mi familia había sido un dolor de cabeza la elección de colegio, nuestra más grande preocupación siempre ha sido la felicidad de nuestros hijos, un niño feliz es un niño sano y por ende un niño que puede tener éxito en todo lo que se proponga; por ello el dejarle parte de su educación a desconocidos nos causaba estrés.
Mis hijos vivieron un viacrucis en 2 escuelas diferentes.
La primera de ellas tenía un excelente nivel académico, pero carente de sensibilidad y empatía con sus alumnos, a tal grado que terminamos sacándolos de ahí.
La segunda prometía ser la mejor elección, con 20 plataformas educativas, áreas verdes, canchas de fútbol, una belleza, súper lindos con los niños, pero los profesores no estaban preparados y sus instalaciones carecían de vigilancia.
Realmente estábamos frustrados, con tanto cambio nos habíamos alejado de nuestro principal objetivo “la felicidad de nuestros pequeños”. No podíamos seguir así, mis hijos no tenían sentido de pertenencia, amigos pasajeros, y proyectos inconclusos.
Dicen que lo bueno lo tienes frente a tu nariz, y yo me rehusaba a aceptar que quizá mi marido podía tener la razón “¿Y por qué no vamos a que conozcas el colegio Amado Nervo, el colegio en el que estudie?” mi respuesta…. “No es bilingüe…”
Llegué al Amado con dudas e insegura, me sentía estafada por las anteriores escuelas e iba con la espada desenvainada, pero cual fue mi sorpresa, que recibí cachetada con guante blanco, creía que todo lo que me decía mi esposo solo eran parte de sus recuerdos y no fue así…
Desde el primer momento nos trataron diferente… Mis hijos se adaptaron poco a poco y me reconfortó que todos los profesores estaban comprometidos con ellos, preocupados por su área emocional, ¡¡¡wow!!! Era la primera escuela que se ocupaba de ello…
Una de mis preocupaciones, el idioma, se disipó cuando conocí a los profesores de inglés, cuando mi niño fue finalista del spelling bee y cuando la directora me dijo “No se preocupe el nivel es bueno, incluso, cada año me los llevo a Canadá”
El Colegio Amado Nervo nos cambió la vida, tenemos casi dos años aquí y nos encontramos felices!!! Nos sentimos integrados a una comunidad, a una familia, mi hijo entró a mitad de primer año y ahora comienza el tercero y lo veo más fuerte emocionalmente, con sentido de pertenencia y motivado.
Mi niña llegó al AN un año después, pero feliz de estar en él, el cuarto año lo cursó con una maestra muy exigente pero a la que terminó amando porque le enseñó que las apariencias engañan y que se puede aprender con disciplina.
Los maestros son formadores y con pasión por enseñar, son amables pero firmes, amorosos pero con estructura…
Me siento orgullosa de que mis hijos y nosotros por ende seamos parte de la familia Amado Nervo, de ver cómo el colegio y los alumnos enfrentaron y enfrentan esta terrible pandemia desde el primer día, a diferencia de otros colegios toda la comunidad nos subimos a las plataformas, aprendiendo con paciencia y sobretodo fascinados por la entrega, compromiso y el cariño de los maestros.
Amado Nervo es sin lugar a dudas una comunidad integral, amorosa y lo mejor de todo es que orgullosamente somos parte de ella….